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Alquilar coche en Estados Unidos

Si se quiere alquilar un coche en Estados Unidos, por ejemplo para realizar la Ruta 66, hay que tener en cuenta algunas peculiaridades de los coches en Estados Unidos.

Coche en la ruta 66
Coche en la ruta 66
  • Hay muchos modelos de coches europeos que no existen en Estados Unidos y muchos modelos americanos que no habremos visto en nuestra vida. Por eso es conveniente informarse bien sobre el tipo de coche que estamos alquilando, buscando comparativas con automóviles que nos resulten más conocidos.
  • Los coches que se emplean en Estados Unidos son, por lo general, entre grandes y muy grandes. Nada de minúsculos Citröen C2 o Peugeot 207. Los coches van a ser de grandes cilindradas y tamaños, en algunos casos pueden parecernos automóviles enormes y no hay posible elección de coches pequeños.
  • Los coches, al ser muy grandes, tienen consumos desmesurados. Hay que hacerse una idea de que son coches que fácilmente pueden superar los 15 litros para 100 kilómetros. Aquí hay que tener en cuenta que entre que se usa la milla en vez del kilómetro y el galón en lugar del litro uno nunca acaba de estar seguro de lo que está gastando. Pero son coches voraces.
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  • Los coches que uno se encuentra en las agencias de alquiler son por lo general de gasolina. El diésel es una excepción así que asumid que casi con toda seguridad tendréis que recurrir a la gasolina. Un inconveniente del diésel, además de su rareza, es que hay gasolinas que no tienen surtidores de diésel, sobre todo si se transita por regiones más rurales de Estados Unidos, como las que se cruzan cuando se realiza la Ruta 66.
  • Es muy frecuente que los coches sean automáticos. Es decir, que son coches sin embrague y sin cambio de marchas, por lo que su conducción es mucho más sencilla.
  • La gasolina es relativamente barata en Estados Unidos. Aunque los coches sean tragones del oro negro no debe suponer una preocupación en el presupuesto ya que el precio es casi la mitad de lo que costaría en cualquier país europeo.
  • Hay que atender mucho a las agencias con las que se puede contratar online el alquiler de un coche. Hay ofertas de todo tipo y hay que tener mucho ojo pues se pueden encontrar precios realmente buenos. Los tres factores más importantes a tener en cuenta son:
    a) Seguro. Ver la cobertura del seguro y si es realmente a todo riesgo o con franquicia.
    b) Forma de pago. En algunas compañías hay que pagar una fianza importante por la reserva del coche y en otras te exigirán el pago de todo el alquiler del vehículo.
    c) Drop-on y drop-off. Es muy normal que en un viaje turístico por Estados Unidos la recepción del vehículo se haga en un punto y se quiera sin embargo devolver en otro. Por ejemplo si se quiere realizar la Ruta 66 se suele cruzar de oeste a este o viceversa. El devolver el vehículo en otra parte puede aumentar el precio del alquiler en un 100%.
  • Por lo general el alquiler de vehículos en Estados Unidos es más económico que en Europa y alquilar un coche por dos semanas puede estar en menos de 500 euros.

Al margen de todo esto, si se tiene pensado viajar a los Estados Unidos y a uno le gusta conducir, tiene que ser consciente de que Estados Unidos da muchas más facilidades (entiéndase precios más razonables) para alquilar por tiempo limitado un vehículo deportivo de ensueño. Se puede alquilar el coche de los sueños sin tener que pagar una tarifa obscena. Así que si quieres puedes, en Estados Unidos se puede alquilar un Ferrari o un Lamborghini con precios más competitivos que en España o Latinoamérica.

Fuente: Ruta 66.

La Ruta 66 en Texas

La célebre Route 66 recorre sólo 285 km de Texas. La zona de Panhandle Plains que cruza es llana y abierta, lo que permite contemplar los grandes cielos del sur y ver las fuertes tormentas eléctricas y tornados ocasionales que afectan la zona. Lo único destacable de la Route 66 a su paso por Texas es que en el estado se encuentra su punto central; aunque no existe ningún registro oficial, también es probable que este tramo tenga el mayor número de coches plantados en el suelo (no accidentados, sino como muestra de un arte como mínimo singular).

Si se entra a Texas desde Oklahoma, 55 km al oeste de Texola aparece McLean, donde se encuentra El Devil’s Rope Museum (Teléfono 806-779-2225; 100 Kingsley st, MeLean entrada gratuita; Horario 10.00-16.00 ma-sa), con una muestra sobre la Route 66; el museo acoge la Texas Old Route 66 Association, que publica un mapa en la Red. También hay una tienda de regalo y una exposición que enseña a clasificar alambres de púas y tipos de ganado. Si el viajero desea pintar su nombre con espray en alguno de los coches Volkswagen-Escarabajo que hay plantados con el morro hacia abajo en Bug Ranch, deberá tomar un desvío en dirección norte en la Hwy 207, en Conway (72 km al oeste de McLean).

Cuando el viajero se acerca a Amarillo, es difícil no reparar en el gigantesco cowboy que anuncia el Big Texan Steak Ranch & Motel. El establecimiento abrió sus puertas en 1959 en la Route 66, pero se trasladó a la 1-40 en 1970. En Amarillo, el tramo más interesante de la vieja Route 66 es la actual W 6th Avenue. Se puede ir en busca de coches parcialmente enterrados en Cadillac Ranch, en lo que actualmente es la carretera de acceso sur a la 1-40, al oeste del Loop 335. 80 km más allá, al llegar a Adrian, el viajero se encontrará a mitad de camino entre Chicago y Los Angeles (aunque la cercana Vega le disputa este honor).

Fuente: Guía Lonely Planet de Estados Unidos.

El filete de los 2kg o 72 onzas. Big Texan Streak Ranch

A mediados de los años 60, Big Texas Steak Ranch era un restaurante de carretera junto a la famosísima Ruta 66 cerca de Amarillo, Texas.

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Un día llegó al local un hambriento cowboy gritando que tenía tanta hambre que sería capaz de comerse una vaca entera pasada por el grill.
Bob Lee, que regentaba el local, le sirvió un filete de casi medio kilo de ternera. El vaquero se lo comió en pocos minutos diciendo que seguía teniendo hambre. No se sintió satisfecho hasta que acabó con dos kilos de carne de vaca, cuatro libras y media, 72 onzas de carne.
Desde ese día Bob Lee anunció que quien fuera capaz de comer lo que el cowboy se tragó ese día, en menos de una hora, no tendría que pagar nada.
El filete de 72 onzas, de dos kilos, se convirtió pronto en una atracción. La ruta 66 estaba llena de carteles que prometían comida gratis para aquel que fuera capaz de comérselo todo. Hoy el plato del Big Texas Steak Ranch es una atracción turística en sí.

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El desafio es el siguiente: tienes una hora para comerte un filete de dos kilos de carne, una patata asada, un par horneado con mantequilla, un cóctel de gambas y una ensalada. Si lo consigues es gratis. Si no, tienes que pagar 72$ (48€) por el menú. Salvo por la cantidad de carne, parece realizable.

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A diferencia de lo que pudiera pensarse, la carne que se sirve en el Big Texas Steak Ranch es de las mejores de la región. El restaurante no es sólo famoso por el desafio sino también por la calidad de lo que allí se come. Es indudable que es uno de esos lugares míticos de Texas, con esa decoración tan propia de esta región americana.

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El desafío tiene sus formalismos. Se rellena un documento antes de tomar parte en él. Se come sobre una mesa especial con un enorme reloj en cuenta atrás. Aquel que lo intente está solo ante la audiencia. Un miembro del personal del restaurante se encarga de anunciar al resto de la gente que hay un valiente dispuesto a intentar el desafio. En este video puede verse todo el proceso. Y lo lejos que queda el aspirante de terminar el plato.
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A diferencia de otros desafíos culinarios prácticamente inalcanzables, mucha gente se marcha sin tener que pagar la comida. Más de 7.000 personas han conseguido comerse el plato completo desde 1960. Sus nombres permanecen guardados en un libro de honor del restaurante. Más de 42.000 personas han tratado de comerse el gigantesco filete, por lo que vemos una tasa de éxito de una entre cada seis personas.
Cada año una media de dos mujeres son capaces de acabar con el plato completo. La persona más joven que ha podido devorarlo fue un niño de 11 años. La más anciana tenía 69 años.
Un lugar de honor en la historia del restaurante ocupa Klondike Bill, luchador profesional, que fue capaz de comerse dos platos de semejante dimensión en una hora de tiempo.
Si te gusta la carne y visitas Texas, deberías probarte a ti mismo. Este es sin dudarlo el mejor sitio para ver hasta donde puedes llegar con un filete. Es uno de los lugares más frecuentes en los que detenerse cuando se está realizando la Ruta 66.

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